Se supone que nadie nace sabiendo (las suposiciones igual que las comparaciones son poco recomendables), desde bien jóvenes nos dedicamos a aprender lo que los adultos nos enseñan (algo también aprenden con nosotros) así como de las experiencias vividas, y luego somos nosotros los que enseñamos a la generación que damos la vida (y nos enseñan), repitiéndose esto en cada ciclo y en la naturaleza pasa igual, una eterna simbiosis. Sin embargo, como decía, no es así del todo, aquello que viene con nosotros «de fábrica», eso que sabemos de manera espontánea, sin saber cómo ni cuando lo adquirimos, nuestros rasgos de carácter, nuestros dones y talentos, lo que nos distingue del resto, es aún un misterio y una maravilla. Sigue leyendo
De fábrica
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